El autoelevador es una herramienta clave en depósitos, fábricas y centros logísticos. Su función principal es mover cargas de manera eficiente y segura. Sin embargo, no es raro encontrarse con prácticas incorrectas que ponen en riesgo la vida de los trabajadores, dañan el equipo y hasta pueden generar multas. Entre las más frecuentes están levantar personas, empujar otras máquinas o trasladar gente como si fuera un vehículo de transporte improvisado. En esta nota repasamos qué usos indebidos se ven con mayor frecuencia, por qué son peligrosos y qué dice la normativa al respecto.
¿Por qué se producen los usos indebidos en los autoelevadores?
En muchos casos, los malos hábitos surgen de la rutina: un trabajador necesita “resolver rápido” una tarea y termina usando el autoelevador para algo para lo que no fue diseñado. También influye la falta de capacitación, la presión por cumplir tiempos de producción y la ausencia de controles claros en la operación.
El problema es que estos atajos ponen en riesgo la seguridad laboral. Un accidente con un autoelevador no solo afecta al operario, sino también a terceros, a la mercadería y a la infraestructura del lugar de trabajo.
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Que no debes hacer con tu autoelevador?
Usar el autoelevador para levantar personas
Uno de los errores más peligrosos es usar las uñas del autoelevador como si fueran una plataforma para elevar a una persona. Aunque pueda parecer una solución rápida para alcanzar una estantería o una lámpara, se trata de una práctica expresamente prohibida por las normas de seguridad.
Los autoelevadores no tienen los sistemas de sujeción ni las protecciones que necesita una plataforma elevadora diseñada para trabajo en altura. Basta con un pequeño movimiento, un desnivel en el piso o una maniobra brusca para que la persona sufra una caída con consecuencias graves.
La única forma aceptada de elevar personas es mediante accesorios certificados (cestas o plataformas aprobadas) que cuenten con barandas, puntos de anclaje y cumplan la normativa vigente.
Empujar máquinas u otros vehículos con el autoelevador
Otra práctica común es utilizar el autoelevador como si fuera un tractor de empuje. Algunos operarios lo emplean para mover máquinas pesadas, arrastrar pallets atascados o hasta empujar otros equipos.
Esto representa un riesgo porque el autoelevador está diseñado para levantar y trasladar cargas de manera equilibrada, no para ejercer presión lateral o frontal. El empuje puede provocar:
- Daños en el sistema hidráulico.
- Roturas en el chasis o las horquillas.
- Pérdida de estabilidad del equipo.
- Golpes y atrapamientos de trabajadores en el área.
El autoelevador no es un “comodín” para resolver cualquier problema de movimiento dentro de la planta.
Trasladar personas como si fuera un medio de transporte
En algunos lugares es frecuente ver a empleados que “hacen dedo” y se suben al autoelevador para recorrer distancias cortas dentro del predio. Esto está terminantemente prohibido.
El autoelevador solo está diseñado para transportar al operario que lo conduce. Incluir pasajeros adicionales:
- Reduce la visibilidad del conductor.
- Desestabiliza el equipo.
- Expone a la persona transportada a caídas o golpes, ya que no existen asientos ni sistemas de seguridad para pasajeros.
Además, en caso de accidente, la responsabilidad recae directamente sobre la empresa y sobre el operador, con posibles sanciones legales.
Qué dice la normativa sobre el uso correcto del autoelevador
La normativa laboral y de seguridad industrial es clara: el autoelevador no debe usarse para funciones distintas de las que fue diseñado. Esto incluye prohibiciones expresas sobre transportar personas, elevarlas sin dispositivos adecuados o usar el equipo para empujar otros vehículos.
Cumplir con estas reglas no es solo una cuestión legal, sino también de prevención. Un accidente derivado de un mal uso puede costar mucho más caro que la inversión en equipos adicionales o en capacitación adecuada.
Cómo prevenir los usos indebidos
La prevención comienza con la capacitación: los operarios deben recibir formación periódica sobre los riesgos y límites del autoelevador. También es fundamental que la empresa:
- Supervise las operaciones diarias.
- Provea los accesorios correctos (plataformas certificadas, equipos de arrastre, etc.).
- Genere una cultura de seguridad en la que los atajos no sean tolerados.
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La seguridad no admite atajos
El autoelevador es una herramienta poderosa, pero debe usarse de manera responsable. Levantar personas, empujar máquinas o trasladar pasajeros son prácticas indebidas que multiplican los riesgos de accidente.
La mejor inversión que puede hacer una empresa es en capacitación, supervisión y equipos adecuados para cada tarea. Cumplir con la normativa no solo evita sanciones, sino que también protege la vida de los trabajadores y la productividad de la organización.
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