Un autoelevador es una herramienta esencial en depósitos, fábricas y centros logísticos. Pero no alcanza con contar con un buen equipo y un operador capacitado: el lugar de trabajo también debe reunir condiciones específicas para garantizar la seguridad. En esta nota repasamos los aspectos fundamentales que debe tener en cuenta toda empresa para que su espacio sea apto para la operación con autoelevadores.
La importancia de un piso firme y en buen estado
El piso es la base de todo. Para que un autoelevador pueda operar correctamente, necesita un piso firme, sin pozos y con un buen nivel de grip.
Un piso desnivelado, resbaladizo o con grietas puede provocar:
- Pérdida de estabilidad del equipo.
- Riesgo de vuelco con carga.
- Desgaste prematuro de las ruedas y el sistema de suspensión.
- Aumento de incidentes con la mercadería transportada.
Además, un piso limpio y libre de obstáculos (aceite, agua, basura o elementos sueltos) es clave para evitar derrapes y garantizar una operación fluida.
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Grip y limpieza: dos factores invisibles pero críticos
Muchas veces se pasa por alto la adherencia del piso (grip). Un material demasiado liso o pulido puede provocar que las ruedas del autoelevador patinen, especialmente si hay humedad.
Por eso, en zonas donde se manipulan líquidos o hay riesgo de derrames, se recomienda utilizar recubrimientos antideslizantes y establecer rutinas de limpieza frecuentes.
Mantener el piso libre de residuos también reduce el riesgo de que objetos pequeños (tornillos, maderas, plásticos) se incrusten en las ruedas y afecten la estabilidad del vehículo.
Planificación de pasillos y espacios de maniobra
Otro aspecto clave es el diseño del espacio de trabajo. Los pasillos deben planificarse pensando en el ancho del autoelevador y de las cargas que transporta.
Un error común es diseñar pasillos demasiado angostos, lo que obliga a los operarios a maniobrar en exceso y aumenta la probabilidad de choques, vuelcos o daños en estanterías y mercadería.
La planificación debe contemplar:
- Ancho de pasillo suficiente para giro y carga.
- Espacios de maniobra en zonas críticas.
- Señalización horizontal y vertical clara.
- Separación de áreas peatonales y de circulación de autoelevadores.
Un entorno ordenado no solo mejora la seguridad, sino que también agiliza la operación y aumenta la productividad del equipo de trabajo.
Señalización y organización del espacio
La señalización es otro punto que a veces se minimiza, pero resulta fundamental. Marcar zonas de tránsito, cruces, áreas de carga y espacios peatonales ayuda a reducir riesgos de accidentes.
Además, el orden en el depósito o planta es parte de la prevención: un espacio limpio, con pasillos despejados y sectores claramente delimitados, favorece tanto la seguridad como la eficiencia operativa.
Consecuencias de descuidar el entorno de trabajo
Ignorar las condiciones del lugar de trabajo puede traer consecuencias graves:
- Mayor frecuencia de accidentes e incidentes.
- Daños en el autoelevador y en la infraestructura.
- Enfermedades profesionales derivadas de vibraciones o maniobras forzadas.
- Costos ocultos por reparaciones, tiempos muertos y pérdida de mercadería.
En cambio, invertir en un buen piso, señalización y diseño de pasillos es una decisión estratégica que protege tanto a las personas como a los equipos.
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Un entorno seguro es parte de la operación
El autoelevador es solo una parte de la ecuación. Para que funcione correctamente y con seguridad, necesita operar en un entorno preparado. La seguridad no depende solo del operador o del equipo, sino también del lugar de trabajo.
Cuidar cada detalle del entorno es una inversión que se traduce en menos accidentes, mayor productividad y mejores resultados para la empresa.